Con la llegada del buen tiempo, cambiamos ropa y calzado. Guardamos botas y zapatos cerrados, y optamos por sandalias, alpargatas y otros modelos más ligeros. Pero si no hacemos esta transición correctamente, nuestros pies pueden sufrir.
Como podóloga, te explico cómo adaptar tus pies al cambio de estación de forma segura sin dolor, cómo elegir un buen calzado y qué cuidados no pueden faltar durante estos meses.
🔄 Transición de calzado: ¿por qué debe ser progresiva?
Los pies se han acostumbrado durante meses a un tipo de calzado más estructurado, cerrado y generalmente más amortiguado. Cambiar de forma brusca a uno más flexible o con menor sujeción puede generar sobrecargas, dolor en la planta del pie, rozaduras o molestias articulares.
¿Cómo hacerlo bien?
Empieza combinando calzado de invierno y verano en tu rutina diaria. Usa el calzado de verano solo unas horas al día durante los primeros días, y ve ampliando el tiempo poco a poco. Este proceso puede durar entre 7 y 15 días, dependiendo de la sensibilidad de tus pies.
👟 Calzado del verano pasado: úsalo como si fuera nuevo
Es común pensar que los zapatos del verano anterior ya están “dados de sí” y no hacen daño. Pero tras meses guardados, los materiales pueden haberse endurecido o deformado.
¿Qué hacer?
Úsalos con la misma precaución que un calzado nuevo. Comienza poniéndotelos durante 1 o 2 horas diarias, con calcetines finos si es posible, y aumenta el tiempo solo si no hay molestias. Observa si han cambiado de forma o generan rozaduras, especialmente en los dedos y el talón.
🛍️ ¿Vas a comprar calzado nuevo? Aquí las claves
Elegir un calzado adecuado desde el inicio es esencial para prevenir patologías frecuentes como juanetes, fascitis plantar o ampollas.
Consejos para una buena elección:
- Sujeción firme: Busca modelos que mantengan el talón en su sitio y no se deslicen al caminar.
- Plantilla ergonómica: Idealmente con leve apoyo del arco y acolchado en la zona del talón.
- Material transpirable: Evita plásticos o materiales sintéticos cerrados que retienen humedad.
- Suela con amortiguación: Que no sea completamente plana. Lo ideal es entre 2 y 3 cm de grosor y con drop (más grosor en la parte del talón.
- Plantillas personalizadas: No renuncies al uso de tus plantillas personalizadas ya que en verano es cuando mas sufren los pies. Existen opciones de calzado diseñadas para poder incorporarlas, incluso en sandalias.
🕐 El mejor momento para comprar zapatos nuevos
Hazlo a última hora de la tarde. Durante el día, los pies tienden a hincharse ligeramente por la actividad. Comprar calzado en ese momento asegura que no te aprieten más adelante.
💧 Cuidados imprescindibles para tus pies en verano
Con el calor y el uso de calzado abierto, los pies están más expuestos. Sigue estos hábitos para mantenerlos sanos:
- Hidratación nocturna: Aplica cada noche una crema específica para pies con urea (entre 10 y 20%) para prevenir la sequedad, sobre todo en los talones. La urea ayuda a mantener la piel flexible y a evitar grietas.
- Protección solar: Usa protector solar en los pies si llevas sandalias o calzado abierto, especialmente en empeines y dedos.
- Buena higiene: Lava los pies a diario y sécalos bien, incluyendo entre los dedos, para prevenir hongos.
- Cuidado con andar descalzo: En piscinas y duchas públicas, usa chanclas. Evita caminar descalzo en superficies duras o abrasivas.
🚫 Cuidado con las chanclas: no son calzado para uso diario
Las chanclas tipo flip-flop, tan populares en verano, deben usarse únicamente en momentos puntuales como duchas públicas, piscinas o vestuarios. Aunque son cómodas a primera vista, su uso continuado puede generar serios problemas podológicos.
¿Por qué evitar su uso prolongado?
- Falta total de sujeción: El pie se ve forzado a sujetar el calzado haciendo una contracción constante de los dedos, lo que puede derivar en dedos en garra y fatiga muscular.
- No amortiguan el impacto: La ausencia de soporte plantar favorece la aparición de fascitis plantar, una inflamación dolorosa de la fascia del pie.
- Material inadecuado: Suelen estar fabricadas con plásticos de baja calidad que no permiten la transpiración, favoreciendo la sudoración y los hongos.
✅ Si necesitas un calzado fresco para uso diario, apuesta por sandalias con sujeción trasera, suela amortiguada y materiales transpirables como cuero o tejidos naturales.
🧑⚕️ ¿Notas molestias al cambiar de calzado?
Si tras varios días sigues notando dolor, inflamación o roces persistentes, no lo ignores. El verano es una época en la que se disparan los problemas podológicos por el cambio de hábitos. Una visita al podólogo puede prevenir complicaciones y adaptar soluciones personalizadas a tu caso.
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