El 70% de la población española padece de algún problema en los pies. La intervención de juanetes es la cirugía más demandada en las consultas podológicas y más del 50% de esas operaciones se podrían evitar con el uso de un buen calzado.
Aspectos básicos a tener en cuenta:
- Adaptación del calzado a nuestro pie y nunca al revés
- Material: Que sea transpirable y de piel natural. Un calzado sintético puede provocar maceraciones en la piel ya que no transpira
- Tipo de suela: Flexible. Los pies necesitan un amortiguador ya que están todo el día pisando superficies duras
- Que sujete bien de la parte del talón evitando que el pie se mueva.
Un tercio de los hombres y casi la mitad de las mujeres compra zapatos sin ser exactamente de su talla. Para acertar con el número seguiremos los siguientes consejos:
- Dejar un margen como mínimo de 1 cm desde el dedo más largo del pie hasta el final del zapato.
- Otro truco al probarnos el calzado es que podamos colocar un dedo de la mano en la parte de atrás del calzado
- Probarse los dos zapatos siempre y al final del día que es cuando más hinchados están los pies.
Cuándo cambiar de calzado:
- Se aconseja cambiarlo con cada temporada y alternar al menos entre un par de modelos. Se evitar así perder el mecanismo de compensación que realiza un calzado neutro (aún no deformado por nuestros pies y manera de caminar)
- Es hora de tirarlos si tiene la suela desgastada sobre todo por la parte del talón ya que puede hacernos andar de manera incorrecta o provocarnos pequeñas lesiones
Calzado según necesidades específicas:
- Para niños: La suela y el calzado deberán ser flexibles para que permitan que el pie se desarrolle completamente.
- Tercera edad: Suelen ser pies deformados. El calzado debe de ser de piel flexible para evitar que el pie esté comprimido. Debe ir bien sujeto con cordones, tiras elásticas o hebillas y evitando también caídas
- Hombres: De material transpirable. Si va tener bastante uso (trabajo, caminar…) lo mejor es el cuero
- Para trabajar no usar el mismo calzado para todos los días y si es posible, cambiar de calzado a mitad de la jornada de trabajo para ventilar.
- El calzado deportivo: Usar uno adecuado para cada actividad y lavar las zapatillas cada cierto tiempo por la sudoración.
- Personas dependientes: evitar costuras para que no se generen rozaduras. Lo mejor es el calzado cerrado y alto en el empeine porque proporcionan mayor agarre.