Cuando practicamos deporte hay lesiones que pueden aparecer en cualquier momento como dolor de espalda, rodillas, tobillos…
Pero, ¿cuáles son las lesiones más frecuentes que sufren los pies del deportista? A continuación, os las desvelamos.
Hiperqueratosis:
Se trata de un engrosamiento de la piel debido a un aumento de células en la zona. Se conoce popularmente como durezas. La causa es la presión o roce mantenido en esa parte produciendo un desplazamiento de las capas de la piel.
¿Cómo aliviar la hiperqueratosis?
- Utilizando calzado adecuado
- Usando calcetines
- Llevando una higiene adecuada
- Exfoliándose para retirar el exceso de piel muerta
- Utilizando cremas para pies
Fascitis plantar:
Se trata de la infamación de la fascia, el músculo más importante del pie. Se da, sobre todo, en corredores.
Se debe realizar un estudio biomecánico de la pisada para realizar unas plantillas
personalizadas que darán mayor apoyo al arco plantar, relajarán la fascia y curarán la
fascitis plantar.
Pie de atleta:
Es una infección de los pies producida por hongos en zonas donde se acumula mayor humedad, especialmente entre los dedos de los pies.
Los calcetines y zapatos húmedos, las condiciones cálidas y la humedad pueden favorecer su proliferación.
Los síntomas principales son ardor y quemazón y debe ser tratada por un podólogo profesional.
Metatarsalgia:
Dolor en la planta del pie y que se centra en la zona más cercana a los dedos. Se produce cuando el deportista va a iniciar el movimiento ya que sus pies sufren una presión justo en la zona donde nacen los metatarsianos. Si la presión o el impacto es muy intenso entonces aparece el dolor.
Hay que acudir lo antes posible al podólogo ante los primeros síntomas de dolor para buscar el tratamiento adecuado.
Ampollas:
-Es una de las lesiones más comunes y más molestas. Al contrario que el resto, es la menos grave que sufren los pies del deportista
Tratamiento:
- Lavar el pie con jabón y agua tibia.
- Secar bien y curar con povidona yodada (Betadine) para que no se infecte.
- Tapar con una gasa y esparadrapo de papel.
Normalmente suele curarse en un par de días.