Introducción
Con la llegada del verano, muchas personas cambian su calzado habitual por sandalias y zapatos más ligeros. Sin embargo, este cambio puede traer consigo la aparición de callos, especialmente si el calzado no es el adecuado. Los callos no solo son antiestéticos, sino que también pueden causar dolor y malestar. En este artículo, te explicaremos en detalle qué son los callos, sus síntomas, causas y cómo prevenirlos y tratarlos de manera efectiva.
¿Qué son los callos?
Los callos son un engrosamiento de la zona más externa de la piel, causado por la acumulación de células muertas. Generalmente, aparecen debido a la fricción o presión repetida sobre la piel, y son una respuesta del cuerpo para proteger las áreas sensibles.
Síntomas de los callos
Los callos presentan una serie de síntomas característicos:
- Piel gruesa en una zona concreta: Esta piel engrosada es una de las señales más evidentes de la presencia de un callo.
- Sequedad y textura áspera: La piel en el área afectada tiende a ser más seca y áspera al tacto.
- Dolor: Los callos pueden causar dolor al tocarlos, rozarlos o caminar, especialmente si la presión persiste.
Helomas interdigitales
Los helomas interdigitales son un tipo específico de callos que se forman entre los dedos. Además de la fricción y la presión, estos callos pueden aparecer debido a una exóstosis (pico de hueso) que oprime sobre otro dedo, agravando la situación.
¿Por qué se producen los callos?
Existen varios factores que contribuyen a la formación de callos:
- Factores climáticos: El clima puede afectar la piel, haciendo que sea más propensa a desarrollar callos.
- Calzado inadecuado: Usar zapatos que no se ajustan correctamente puede causar fricción y presión.
- Genética: Algunas personas son más propensas a desarrollar callos debido a factores hereditarios.
- Dermatitis o psoriasis: Estas condiciones de la piel pueden predisponer a la formación de callos.
- Estar de pie por largos períodos: La presión continua sobre ciertas áreas de los pies puede llevar a la formación de callos.
- Caminar descalzo: Esto puede aumentar la fricción y la presión sobre los pies, contribuyendo a la aparición de callos.
Prevención de los callos
La prevención es clave para evitar la formación de callos. Aquí hay algunas recomendaciones útiles:
- Calzado adecuado: No lleves calzado demasiado prieto ni muy holgado. Busca zapatos que se ajusten bien y proporcionen soporte adecuado.
- Corte adecuado de uñas: Corta las uñas en línea recta para evitar que causen presión adicional en los dedos.
- Hidratación: Usa crema hidratante para pies tras la ducha para mantener la piel suave y evitar sequedad.
- Evita ciertos tipos de calzado: Evita punteras alargadas, estrechas o zapatos con mucho tacón que pueden aumentar la presión y la fricción.
- Calcetines transpirables y térmicos: Utiliza calcetines que ayuden a mantener los pies secos y cómodos.
Recomendaciones para el tratamiento de los callos
Si ya tienes callos, es importante tratarlos adecuadamente para evitar complicaciones:
- No usar callicidas: Estos productos pueden quemar el callo y la piel circundante, lo que puede causar más problemas a largo plazo. Además, el callo puede volver a aparecer más grande, más profundo y más doloroso.
- Acudir al podólogo: Un profesional de la podología puede eliminar el callo de manera segura. En casos de heloma interdigital o exóstosis, puede recomendar el uso de silicona entre los dedos para aliviar la presión. También te aconsejará sobre el calzado adecuado y puede valorar hacer un estudio de la pisada para identificar posibles causas relacionadas con la forma de caminar.
En el Centro Podológico Goitia en Bilbao, estamos aquí para ayudarte a cuidar de tus pies. Si tienes callos o cualquier otra preocupación podológica, no dudes en visitarnos. Te ofreceremos el mejor tratamiento y asesoramiento personalizado.
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