Sobre todo, en estos días tan lluviosos, apetece poco salir a correr. Muchos lo hacen más cómodamente en el gimnasio o en casa usando una cinta de correr. ¿Pero existe alguna diferencia para nuestro cuerpo?
Cuando corremos en cinta:
- Los músculos extensores de cadera, rodilla y pie se ejercitan muy poco ya que la superficie rodante es la que nos impulsa, haciendo que estos músculos se debiliten. Al contrario, los cuádriceps, tibiales y psoas trabajan más pudiendo provocar lesiones como la periostitis tibial
- Se eliminan las fuerzas de fricción que se experimentan en exterior entre el pie y superficie haciendo que correr sea mucho más fácil. Esto junto a la menor activación muscular hace que se quemen menos calorías.
- Si queremos igualar ambas condiciones deberíamos aumentar la inclinación de la cinta en un 1%.
- Correr en cinta nos permite correr a ritmos más rápidos ya que hay menos fuerzas de fricción y la superficie rodante nos ayuda.
Existen cintas de correr que son CURVAS y hacen que correr en exterior e interior sea prácticamente lo mismo. No llevan motor y la superficie se mueve gracias al esfuerzo provocando un mayor gasto calórico y que se active la misma musculatura.
Para qué personas correr en cinta es una buena opción:
- Para gente que quiere empezar a correr, ya que es más fácil.
- Para los que se están recuperando de una lesión y hace tiempo que no corren.
- Para corredores más experimentados que quieren ir más rápidos.
Sabiendo ahora cuáles son las desventajas en cuanto a activación muscular y que corriendo en interior nunca tendremos la sensación de libertad, ni disfrutaremos del paisaje ni podremos hacerlo en grupo… dejamos ya que tú decidas cómo prefieres hacerlo.